Colaboración de Charo García Antuña

Foto Charo

MÚSICA Y EDUCACIÓN, O ESAS PEQUEÑAS COSAS QUE NOS EMOCIONAN

Nuestras vidas están llenas de recuerdos, de sensaciones y de sentimientos.

¿Quién no ha experimentado, en algún momento, revivir sensaciones y sentimientos del pasado a través de olores, sonidos, sabores…?, ¿quien no ha sentido ese mágico momento en el que regresamos a nuestra niñez gracias a una canción o un perfume?

La música al igual que la educación es puro sentimiento. Se siente al componer, al crear una obra en la que necesitas expresar parte de tu ser. Sentimos al interpretarla porque es en esa experiencia de sensaciones donde nos expresamos de forma más sincera.

Música y pedagogía son emoción porque sin emociones, sin sentimientos, sin esos pequeños  momentos en los que la química eriza nuestra piel sin explicación alguna perderíamos nuestra conexión directa con el mundo. Ambas forman parte del arte de la comunicación, nos conectan….

Nos hacen hablar con el corazón para alcanzar esos maravillos y escasos momentos en los que se toca la felicidad con los dedos. Y esos momentos, son bien conocidos por el músico/a que se entrega de manera  generosa  a su público y por el profesorado que empatiza con sus alumnos y alumnas, viéndose reflejado y descubriendo en sus ojos la chispa que nace cuando descubrimos que el conocimiento es libertad y nos hace dueños/as de nuestra propia existencia.